miércoles, 30 de noviembre de 2011

Nos chocamos contra nuestra propia voluntad.

Buscamos incesantemente esas cosas que nos hacen felices, esas que creemos necesitar para vivir; pero no nos damos cuenta de lo que provocamos por el camino...
Mientras vamos buscando algo vamos dejando atrás otras situaciones, y otras personas; esas que solían ser amigas nuestras. Que no nos damos cuenta que las hemos apartado del camino solo por que nos obstaculizaban el paso o porque ralentizaban la llegada a nuestra meta; que así de un empujón las dejamos fuera y pasamos corriendo delante de ellas y su asombro. Que luego una vez hemos conseguido nuestro objetivo queremos volver atrás con esas personas,  para disfrutarlo juntos; pero por mas que las buscas ya no están. Se dieron cuenta de que no valía la pena estar en la vida de alguien que te cambia  por un capricho y se marcharon a buscar nuevos amigos. Muchas veces no nos damos cuenta de las consecuencias secundarias de nuestros actos, que somos muy ignorantes y solo vemos lo que tenemos delante, pero y ¿que pasa con todo lo que se queda a nuestro lado?  La mayoría de las veces nosotros mismos somos quienes nos buscamos la mas ruin de las miserias y la mas fría soledad.

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