domingo, 25 de diciembre de 2011

De mi, para mi.

A ver, como te explico esto cabezita hueca.
Estas muy acostumbrada a esconderte, acostumbrada a que te lleguen las oportunidades; y estas convirtiendo en costumbre el decir que vas a cambiar, decir que a partir de ahora vas a hablar al miedo de frente, que buscaras tus propias oportunidades.. ¿Y sabes lo que pasa? Que solo haces eso, decirle a quien no le importa todo lo que vas a hacer y vas sumando mas y mas cosas a una lista de objetivos, cosas que no cumples. Solo hablas y hablas y nunca haces nada, jamas! Me estas amargando la existencia, ves pasar un millón de trenes y no te subes a ninguno, ¿sabes que solo pasan una vez verdad? Cuando te dignes a hacer algo de una puta vez conseguirás lo que querías; mientras tanto si, puedes no hacer nada y seguir con esa actitud de "lo haré, lo prometo" y luego hundirte en la miseria al ver el resultado obtenido, ¿ Qué esperabas, no has hecho nada?
¿Sabes lo que te digo? que cuando quieras chica; si quieres tardar un millón de años en conseguir lo que podrías obtener con un poquito de esfuerzo en menos de un día, allá tu. El tiempo que pierdes solo te pertenece a ti, tu sabrás lo que quieres hacer con él.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo 4

Después de aquel día no habían vuelto a cruzar una palabra. Iván quería una explicación, saber que había pasado. No estaba dispuesto a abandonar, por mucho que Gabi  le evitara ahora mismo, sabía que no podía continuar así mucho tiempo, ninguno podría mantenerse alejado del otro más que un par de días.
Dos corazones destrozados por algo que aun no estaba ni confirmado; una suposición que había destrozado aquella relación. Ambos pensaban que el otro seria quien cedería, y ambos estaban equivocados. Eran demasiado orgullosos de vez en cuando y eso hacía que chocaran tantas veces. Dos personas de carácter fuerte no suelen casar.
Fueron días de soledad para ambos.  Noches en vela al lado del teléfono esperando una llamada, tardes frente a la ventana esperando encontrar su motivo de sonrisa, tardes pegadas al ordenador esperando un nuevo mensaje; pero nada. Querían que todo acabara, se buscaban el uno al otro; pero al igual que se va el calor si abres la puerta, cuando uno veía al otro, este  esquivaba su mirada y empezaba a acelerar el paso. Se querían y se echaban de menos, era incomprensible lo que hacían, lo único que les pasaba era que tenían miedo, miedo de una mala reacción. Solo había ciertos momento en los que su mirada se cruzaba fugazmente; después de dejar pasar el uno al otro y evitarle por los pasillos, ambos volvían la vista atrás para verle una vez más antes de perderle entre la distancia de nuevo. Lograban encontrarse entre la multitud, y se alcanzaba a ver un te quiero, un te necesito o un te echo de menos en sus ojos cada vez que se miraban. Estas miradas fueron la única forma de contacto que tuvieron durante semanas; una pequeña ayuda para sobrevivir, algo con lo que mantenerse hasta el próximo encuentro, lo único que calmaba un poco las ganas de ambos de volver a encontrarse.
Llegaron las navidades, y el ultimo día de clase fue el peor para los dos. Significaba que iban a estar separados durante casi tres semanas; ¿qué iba a pasar entonces?
Un par de días antes la madre de Gabriela le pregunto acerca del os planes que tenia para navidad.
-Bueno, ¿este año nos vamos a poder ir más de un fin de semana con los abuelos?- Dijo su madre.
Normalmente Gabi hacia lo imposible por quedarse aquí, tenía amigos con los que también quería pasar el fin de año, y este año tenia a Iván, tenían muchos planes, pero todos se habían cancelado. No tenía ningún motivo que le anclase esta vez a la ciudad, y pensó que sería bueno despejarse un poco.
-Si, este año me gustaría pasar allí todas las navidades, ¿Si puede ser, claro?
-¿Gabriela? ¿Esta segura? Yo por mi sabes que no hay problema y por ellos tampoco, están encantados de que vayamos.
Estaba decidido, no se iría todas las vacaciones, pero si la gran mayoría. Dejaría de pensar en Iván por un tiempo.
Sin embargo para Iván aquello iba a ser un fiasco, por fin se había decidido a plantarle cara al problema y a hablar con Gabi, no sabía que apenas la iba a ver. Le había costado lo suyo decidirse a afrontar la realidad, estaba asustado, nunca se había sentido tan cohibido ante una situación así.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Aprende a corregir tus fallos.

Desde hace un tiempo a esta parte hemos desaparecido.Que ahora el presente se ha convertido en un recuerdo de lo que fue el pasado. Que no dejo de pensar a cada instante en todo lo que pasó; que releo nuestra historia desde el principio una y otra vez, pero nunca me paro a escribir un poco mas, ¡¿Por que hago eso?!
Estoy cansada de mirar al pasado y no saber como seguir, ¿ alguna vez tendré que intentarlo no? Que no puedo dejar que se me escapen los momentos que podría vivir, esos que después convertiría en nuevos recuerdos; ya estoy harta de los viejos! Quiero nuevas miradas, nuevas sonrisas, nuevos abrazos, nuevos besos que poder  recordar después.
Tengo que dejar de lamentarme por esas malas pasadas que me jugó el destino; tengo que empezar a continuar. Que cuando pasa algo malo de nada sirve quedarte parado recordándote a ti mismo lo mal que lo has hecho, que podías haberlo hecho mejor. No! Tienes que aprender, que haya servido de algo, que de los fallos se aprende, es sabido por todos; pero va siendo hora de dejar la teoría a un lado y empezar con la practica, no crees? Que ahora toca seguir adelante y corregir todo aquello que en su momento no hiciste adecuadamente. No te preocupes si cometes nuevos fallos, tendrás tiempo para volver a intentarlo. Que la vida es eso; una sucesión continua de intentos, fallos, mejoras, y recompensas por lo bien hecho. Así que no te quedes pensando en lo que pasó, o en lo que pudo haber sido y no fue; coge una oportunidad nueva, de esas que todos tenemos guardadas en el cajón de la mesilla de noche; que todas las mañanas hay una nueva esperando a ser utilizada y aprovechada; cógela y pon en marcha un nuevo plan, un nuevo intento de superación.
Que el margen de error al que te enfrentas no te impida actuar, recuerda, si esto sucede, si fallas, tienes una nueva oportunidad.

martes, 13 de diciembre de 2011

Capitulo 3

Estuvo sentada en la arena viendo pasar el  tiempo algo mas de una hora, después se levanto como quien se acaba de acordar de algo de vital importancia que se le ha olvidado hacer y empezó a andar en dirección contraria a la que había venido.
Tenia que aclarar las cosas con Ivan, saber que eran; bueno eso en realidad lo sabia pero quería averiguar mas. Que iba a pasar con ellos, que sentía en realidad por ella... tantas dudas habían aparecido de repente, la asustó tener tantas inseguridades respecto a la persona que mas quería del mundo. Iba de camino a casa de Ivan cuando dos manos le taparon los ojos; frenó bruscamente.
- Hola princesa. Dijo él. Estaba claro quien era.
 Quitó sus manos de los ojos de Gabriela lentamente y con la facilidad con la que un soplido mueve la mas fina hoja de papel, él la hizo girar para verla. Fue a besarla en los labios, pero ella con sus insistentes dudas aun presentes giro la cara, de manera que; tan sorprendida ella por lo que acababa de hacer y aun no comprendía, como él que se vio dándole un beso en la mejilla.
Se separaron  ambos, un paso atrás cada uno. Y de nuevo sucedió, era lo que les caracterizaba, se entendían sin palabras; con tan solo un par de miradas se podían decir lo impensable. Era algo sobrenatural, ver lo que el otro pensaba tan solo viendo aquellos ojos tan expresivos que ambos poseían, habían aprendido a descifrar la mirada el uno del otro, a interpretar su mirada, a escuchar lo que decían. Era increíble; tanta complicidad era admirable.
Esta vez no sucedió como tantas otra, Gabriela si descubrió lo que Ivan pensaba; eran unos ojos asustados, sabia que Ivan tenia miedo de otra situación difícil. Aquello no le había pasado nunca con Gabi, ella era siempre tan cariñosa. ¿Que significaba aquello? ¿Se avecinaban mas problemas? No quería arriesgarse a perderla otra vez, no quería mas problemas, ¿que había hecho mal? De alguna forma se sentía culpable sin saber aun de que se le juzgaba. Culpable de crear tantos daños a la jueza de aquel caso, que daba la casualidad que era la misma persona a la que causaba tantos problemas, y también la dueña de su corazón.
Ivan no pudo ver lo que Gabi sentía esta vez, su mirada estaba vacia para él, ademas en cuanto esta se percató de que el la miraba bajo la vista.
-Eh, venga, ¿que pasa?. Pregunto él.
 Su temor se dejaba ver en su tono de voz; tembloroso, inseguro.
Gabi se dio la vuelta e Ivan la sujeto de un brazo, con mas miedo que nunca de que marchara de verdad; de quedarse allí sin ninguna explicación. La dio la mano y la volvió a girar hacia si. Gabriela como impulsada por el destino se dejaba llevar por él, aunque hacia un esfuerzo inhumano por resistirse, no lo conseguía. Ella seguía con la cabeza gacha, e intentando zafarse de esas manos, de esos brazos que otras veces había deseado que no la soltaran nunca.
Consiguió escapar, anteponer su razón a su corazón.
-No. Dijo, no sabia a que, negó con la cabeza y le miró. Esta vez Ivan si que pudo adentrarse en su mirada.
Unos ojos que denotaban tristeza, la mas profunda, ella estaba rota, sabia que se estaba resistiendo a rendirse otra vez, a volver a caer. Sentía tanto, sentimientos tan fuertes por él. Un amor eterno y a la vez la duda mas grande hacia su persona. Ivan pudo ver como ella sin decirle nada le formulaba aquella pregunta; ¿ A que juegas?
Gabriela empezó a andar rápidamente, a alejarse de él.
-Gabriela!. Gritó Ivan mientras la veía alejarse, intentos nulos de recuperar algo que ya había perdido.
Todo se quedo allí, dos almas rotas otra vez. Mientras ella se alejaba volvió a dejar caer una lágrima y escapar un suspiro, tristeza con un cierto tono de rabia.
Él por su parte se quedó en pie, inmovilizado por algo totalmente inesperado, algo que le había destrozado. Resbaló una lágrima indecisa y primeriza de los ojos de Ivan. Esos ojos que veían alejarse lo que habían encontrado y conseguido después de tanta búsqueda, a ella, la que le había hecho feliz y no sabia si iba a volver a hacerlo. ¿Se quedaría todo aquello ya en tan solo un eterno recuerdo?

domingo, 11 de diciembre de 2011

Capitulo 2

Ivan ya se había ido. Y ella volvió a dormirse, pero con una pregunta en la cabeza, que pensó que seria mejor no responder hasta mañana. Se despertó demasiado pronto para lo que ella acostumbraba, suponía que sobresaltada por ese sueño que había tenido;
Ella era como una presencia invisible dentro de una habitación que no conocía, pero en la que se encontraba alguien a quien si recordaba. Ivan estaba tirado en la cama con otra chica, la decía que lo iba a dejar todo por ella, incluida a Gabriela. Después un cambio brusco de ambiente estaban en el puerto; ella y él, quien tras después de un montón de excusas y pretextos dijo lo inevitable, tenían que romper. Ahí se despertó.
Sentía una sensación extraña en el estomago, esa sensación que tienes cuando sabes que va a suceder algo malo, algo que no entraba en tus planes, pero si en los que el destino te tenia preparado. ¿Y si su historia con Ivan no daba mas de si?
Llevaban tres meses increíbles, desde finales de verano. Pero todo era igual desde el primer día, nada había cambiado, lo único que les empezó a sacar de su rutina hacia como un mes eran esas amargas discusiones que surgían de vez en cuando; ahora también formaban parte de su rutina, y ella no estaba dispuesta a continuar con aquello. Cada vez que discutían, la cuerda se tensaba mas y mas, Gabi temía que se rompiera por lo que ella aflojaba por su parte, para que todo volviera a la normalidad. Lo único que recibía a cambio una y otra vez era un - Perdón, no volverá a suceder, no se lo que me ha pasado. ¿Acaso Ivan lo único que quería era tenerla ahí para cuando a él le apeteciera?
 Si a un perro no le haces caso un día no pasa nada, si le tienes bien adiestrado cuando tu le llames vendrá. Ella no quería convertirse en su mascota.
Mas de una vez se había caído tirando de la cuerda, no había nadie sujetando al otro lado, nadie que impidiera su caída.
Puede que la única que quisiera avanzar fuera ella, que Ivan ya tenia suficiente con lo que tenia y no se molestaba en buscar mas.
Necesitaba despejarse un poco así que esa misma mañana a pesar de que el tiempo no era muy favorable decidió salir, enfundada en su abrigo y su bufanda y protegida por aquel viejo paraguas fue a dar un paseo por la playa.
Le encantaba sentir el olor a sal, escuchar el crujir de la arena que cedía bajo su peso, escuchar el rumor de las olas y a las gaviotas. Adoraba esos días en los que el cielo estaba encapotado y pequeñas y tímidas gotas caían sobre la ciudad vestida de gris;el aire soplaba aun controlado, avisando de la tempestad que se aproximaba. Ademas le encantaba aquella playa, le traía tantos recuerdos.
Fue allí donde casi sin quererlo encontró el primer beso de Ivan, escondido en una noche de verano y atrapado en los labios de alguien con miedo a las situaciones difíciles.
Apenas habían pasado unos meses, pero a ella le parecía una eternidad. Las circunstancias habian dado un giro de trescientos sesenta grados y ellos habían cambiado tanto en tan poco tiempo.
Ahora era ella la que sentada en la playa que se dibujaba a principios de invierno recordaba todo aquello. ¿Donde estaba la otra mitad de la historia? No sabía lo que él sentía realmente; no se quería fiar de su intuición le quería demasiado, pero tampoco quería volver a darse de bruces contra el suelo solo por intentar hacer algo que sabia que no podía.
Demasiadas palabras rondaban su cabeza, una nube de cosas que no la dejaban pensar con claridad. Amor, momentos de felicidad,dudas, nostalgia, miedo, llanto, un adiós, un lo sabía, y la imagen de quien provocaba todo aquello, no la dejaba ni un segundo. Tan pronto se presentaba como aquel chico que la besaba en la playa, como ese que en un sueño la decía hasta aquí hemos llegado.
¿Que debía hacer ahora? Su intuición la había fallado numerosas veces, pero otras tantas si no la hacia caso luego se veía traicionada por ella misma. No conseguía decidirse a hacer lo uno ni lo otro, su mente al igual que el día, era gris y con presagios de tormenta.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Algo que decir al respecto?

Ya no se lo que hacer, no entiendo lo que quieres, no se lo que pretendes... Pero tratare de averiguarlo; de todas formas, que sepas que no voy a ser yo siempre la que pregunte por ti, la que pida perdón. Algún día todo eso se acabara, cambiare de vida, te dejaré atrás, pero la pregunta sera ¿Cuando? ¿Te habrás dado cuenta de lo que sucedía antes de que me vaya? ¿O simplemente me iré, con un solo adiós que te vaya bien?
No querría que te dieras cuenta después, también es posible que todo esto que digo solo sean imaginaciones mías, y que nunca te des cuenta...
Si esto pasa, bueno, supongo que de alguna manera seguiría ahí, nada habría cambiado, sería lo mismo que era antes; nada.
Que todo son dudas, que me pierdo entre tantas preguntas sin respuesta.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Te ves?

Tenias demasiada rabia acumulada y al verte reflejada en el espejo, tu frustración aumentó; no pudiste evitar darle un puñetazo. Ahora con la mano ensangrentada y el ataque de rabia superado, caes al suelo y te quedas mirando los pedazos que están esparcidos sobre el; te ves a ti en todos y cada uno de ellos. Pero no te reconoces en todos, en cada uno de esos pedazitos hay una parte de ti.
 Aparentemente, por fuera, en todos esta grabada la misma imagen, pero sabes que en uno esta plasmada la ira, en otro la alegría, en otro la soledad, en otro la euforia, en otro los nervios...Tu manera de mirar, el brillo en los ojos, tu sonrisa, o ese ceño fruncido denotan lo que sientes; cientos de pedazos diminutos que  forman parte de un todo. No podrías vivir si alguno de esos pedazitos faltara. Tu reflejo no estaría completo en el espejo, ya que le faltaría una parte de el, una parte de ti.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Capitulo 1

Pasó lo que le quedaba de tarde dormida, era la única forma de evitar aquella avalancha de sentimientos que veía avecinarse. Después a la hora dela cena ni se molesto en salir de su cuarto; ¿como iba a comer? No, no se encontraba con fuerzas para atravesar la segunda planta, bajar las escaleras y llegar a la cocina; Ademas en ese trayecto habría sido pillada por su madre y acribillada a preguntas que sabia que no iba a responder; y no tenia hambre.
Estaba tumbada en la cama mirando al techo, de vez en cuando las luces de los coches de la calle hacían que la habitación se iluminara; ya era demasiado de noche y la habitación habia ido sumiéndose poco a poco en la mas negra oscuridad de aquella fría noche.
Estaba apunto de caer rendida ante otro feliz y falso sueño sobre su maravillosa realidad paralela; pero sonó el timbre- ¿A estas horas?-pensó. Escucho hablar a su madre y a alguien mas, alguien que hablaba con un débil hilo de voz, ¿no quería que le oyeran?. Los peldaños de la escalera empezaron a crujir;alguien subía; alguien que subía a su manera; con pasos decididos,despacio,acariciando la barandilla de madera, esa que solía chirriar si te apoyabas en ella; Reconocía aquella manera de subir, reconocía el sonido de aquellos pasos tan singulares. Había esperado tantas veces a Ivan en su habitación. El había ido a buscarla tantos días; siempre le tocaba esperar y acababa subiendo para sacarla arrastras de la habitación. Era él de nuevo ¿Pero que hacia allí ahora?
 Gabriela se dio la vuelta en la cama y dio la espalda a la puerta,no le apetecía que la viera así. Noto como giraba el pomo de la puerta y esta se abría lentamente. Un par de pasos y luego nada; sabia que había parado frente a su cama. Se sentó y notó como ella se removió, intentando alejarse de él lo máximo posible,aunque ella sabia que le era imposible. Finalmente Ivan se tumbó, con las manos se despeinó el pelo húmedo por la lluvia que aun caía, y suspiró profundamente. Nunca le había notado síntomas de flaqueza, de miedo, ante ninguna adversidad; siempre le había considerado un chico fuerte. Pero esta vez parecía que dudaba, Gabriela se tumbó también mirando a la nada. Un instante después ambos se miraron. Dos miradas llenas de dolor, dos miradas que suplicaban, ojos humedecidos en ambos que dejaban ver lo que sentían en realidad;Que cada uno se perdía en la mirada del otro, en la inmensidad de ese amor mutuo que sentían el uno por el otro. Él la abrazo y ella no pudo evitar derramar un par de lagrimas una vez estaba cobijada en sus brazos.
-Mira, no se lo que ha pasado antes, pero... no quiero que vuelva a pasar- dijo Ivan.
-No, ni yo; te echaría demasiado de menos.