lunes, 2 de abril de 2018

De los errores se aprende

Muchos piensan que si me dicen que estoy caminando hacía un precipicio me pararé, o cambiaré de rumbo, pero no; eso nunca será así. Prefiero equivocarme, y caerme, una y mil veces antes que vivir con la duda, cualquier cosa antes que la duda; ya tengo bastante con la soledad y la mezcla de duda y soledad es de las que da resaca, de cabeza y corazón.
Decides seguir tu camino, tú y tu gran ego, y hay un momento el el curso de este en el que te das cuenta de que estás andando hacia un error, no es que lo presientas, es que lo sabes. Pero a veces te ciegan las ganas por ver que hay abajo y las consecuencias están escritas en letra muy pequeña.

"De los errores se aprende" esa frase a la que te abrazas y resignas una vez te has dado cuenta de que estás andando hacia el abismo y sin paracaídas; otra gran mentira universal, que alguien inventó con tal de no ser el único que cayera al final del camino.

Yo he cometido muchos errores, y no creo que haya aprendido nada de mucho de ellos, salvo que nadie me puede quitar mi derecho a equivocarme, y que aunque no aprenda me hacen más dura. Se que volveré a caer y almenos si soy dura me romperé menos, no?

Aunque a veces lo duro es frágil.

Una vez llegas al borde y te asomas solo hay dos posibles desenlaces, porque para volver marcha atrás es demasiado tarde. A veces dudas, la incertidumbre de lo que puede haber abajo no te deja saltar, pero te resbalas y te caes sin querer, y otras simplemente decides saltar porque la probabilidad de que haya algo mejor abajo está ahí. 
Si alguien tiene que decirme 'te lo dije' seré yo. Y una vez estás en el suelo, con el nudo en la garganta y las lágrimas empujando por salir no queda otra que levantarse, recoger los pedazos esparcidos e irte.

¿Vale la pena arriesgarte a romperte (una vez mas) en vez de quedarte con la duda? Inocente o valientemente; no lo tengo muy claro, creo que siempre valoraré mas la posibilidad de estar mejor, a pesar del riesgo, a la certeza de estar bien.