domingo, 8 de enero de 2012

Capítulo 5

A la mañana siguiente Gabi y su madre dejaron Barcelona para irse a casa de sus abuelos; vivían en un pueblo de Toledo, alejado de todo. Según se subieron al coche Gabi se  puso sus cascos encendió el reproductor y intento olvidarse de todo. Pero tras escuchar las primeras notas y las primeras palabras de Your love is a lie esa desconexión en la que había entrado se vio interrumpida por un recuerdo inoportuno que llamaba a la puerta; Ivan. En realidad no sabía si lo que ella había soñado había pasado de verdad, intentaba convencerse de que no, que había sido una imbécil integral al hacer aquello sin tener ninguna prueba de nada. Pero según iba recordando momentos compartidos con él, sus dulces encuentros se veían interrumpidos por amargas discusiones, llantos; notas discordantes en aquella maravillosa historia, que irremediablemente estaban ahí; un recuerdo agridulce.
Llegaron a casa de los abuelos y todo cambió. Llevaba tanto tiempo sin verlos, todo le devolvía a su infancia, de repente una sincera sonrisa se dibujo en su preciosa cara.
Pasaron unos días y Gabi ya se había ido acostumbrando a aquello, a ese mundo de paz y tranquilidad. Dejar de lado todo aquello que la atormentaba y pasar las navidades en familia le hicieron volver a ser un poco más feliz. El día de año nuevo se acordó de que no había sacado el teléfono móvil del coche cuando llegó; no lo había echado en falta, pero fue a buscarlo. Tenía un par de llamadas y algunos mensajes felicitando el nuevo año, también tenia uno de Ivan: " Gabi, mira no sé que he hecho esta vez, pero creo que merezco una explicación, diste por acabado todo así sin mas y encima ahora te piras todas las navidades... De verdad que no se qué ha pasado"
Odiaba los puntos suspensivos, cada uno tenía sus interpretaciones sobre los mismos, y ella nunca acertaba cual era en cada momento. Por lo demás, si que era cierto que le había dejado tirado así sin más, pero tanto como que se mereciera una explicación, cuantas veces había ido ella buscando una y no había recibido nada.
Lo único que había conseguido aquel mensaje era que ella entrara en ese estado en el que la nostalgia la frustración y soledad se apoderaban de su ser; era como un alma en pena, al que si le rozabas lo mas mínimo prendía en llamas. Desencadenaba su ira con quien no lo merecía; ataques gratuitos.
Estaba en el jardín apoyada en el coche mirando a la nada cuando apareció su abuela llamándola a gritos.
-Gabriella, llevo un rato llamándote y tú nada, ni caso- Dijo su abuela.
-No me he enterado, estaba… a lo mío- Contesto Gabi, tratando de producir una falsa sonrisa.
-Bueno, como siempre. Mira, esta tarde te vas a venir conmigo a casa de Celia, está aquí su nieto, que es más o menos de tu edad; y no conoce esto es la primera vez que viene. Es “nuevo” Podías enseñarle el pueblo.
¿Un nuevo nieto de aproximadamente 16 años? ¿Y de donde se ha escapado? pensó Gabi. Sin saber porque, se le pasó la imagen por la cabeza de ese típico niño bueno y algo tonto que solo quería hacer nuevos amigos en ese pueblucho y que iba encantado a merendar con su abuela. Ella no es que fuera obligada literalmente, pero desde luego no era la opción más tentadora para pasar la tarde.
-Cuenta conmigo abuela- Le contestó y se marchó dentro de casa.
A eso de las cinco estaban en la puerta de aquella señora, Gabi la recordaba bien: una mujer mayor que vivía sola, que adoraba llenar la casa de cachivaches y pellizcarle las mejillas a los niños, mientras decía lo monos que eran; lo había sufrido hacia años.
Llamaron a la puerta y enseguida vino Cecilia y las invito a pasar; Gabi no paraba de buscar con la mirada a ese supuesto nuevo nieto, tenia curiosidad.
-Mi nieto esta en su cuarto,se estará acabando de arreglar; ve y dile que venga- Le dijo la mujer a Gabi.
Gabriella empezó a recorrer el pasillo saturado de cuadros, fotos y aparadores con jarrones espantosos; mientras escucho la explicación que Cecilia le daba a su abuela.
Su hijo se había vuelto a casar, al parecer con una mujer adinerada que vivía en Madrid; en la capital, y ella ya tenia este hijo de otra antigua relación.
Resuelto el misterio del nuevo nieto, siguió buscándole por los distintos cuartos, hasta que descartando uno por uno, llego al que debía estar ocupado. Seguro que esta preparándose para causar buena impresión a las invitadas, la abuela le habrá dicho que se arregle, pensaba Gabi.
- ¿Estas aqui nuevo nieto?- Dijo con tono burlón mientras abría suavemente la puerta.
Se quedo perpleja ante lo que vio, no era el chico que había imaginado, ni se le parecía.
Una camisa de cuadros rojos, unos vaqueros oscuros y un sombrero que le cubría la cara y solo dejaba ver su oscuro cabello. Tumbado en la cama, con las manos en la nuca y balanceando uno de sus pies; parecía disfrutar de la música que los cascos depositaban en sus oídos.
Ese chico que mostraba el mas puro aspecto de indiferencia frente a todo lo que ocurriera a su alrededor; parecía poco entusiasmado con la visita.