domingo, 4 de diciembre de 2011

Capitulo 1

Pasó lo que le quedaba de tarde dormida, era la única forma de evitar aquella avalancha de sentimientos que veía avecinarse. Después a la hora dela cena ni se molesto en salir de su cuarto; ¿como iba a comer? No, no se encontraba con fuerzas para atravesar la segunda planta, bajar las escaleras y llegar a la cocina; Ademas en ese trayecto habría sido pillada por su madre y acribillada a preguntas que sabia que no iba a responder; y no tenia hambre.
Estaba tumbada en la cama mirando al techo, de vez en cuando las luces de los coches de la calle hacían que la habitación se iluminara; ya era demasiado de noche y la habitación habia ido sumiéndose poco a poco en la mas negra oscuridad de aquella fría noche.
Estaba apunto de caer rendida ante otro feliz y falso sueño sobre su maravillosa realidad paralela; pero sonó el timbre- ¿A estas horas?-pensó. Escucho hablar a su madre y a alguien mas, alguien que hablaba con un débil hilo de voz, ¿no quería que le oyeran?. Los peldaños de la escalera empezaron a crujir;alguien subía; alguien que subía a su manera; con pasos decididos,despacio,acariciando la barandilla de madera, esa que solía chirriar si te apoyabas en ella; Reconocía aquella manera de subir, reconocía el sonido de aquellos pasos tan singulares. Había esperado tantas veces a Ivan en su habitación. El había ido a buscarla tantos días; siempre le tocaba esperar y acababa subiendo para sacarla arrastras de la habitación. Era él de nuevo ¿Pero que hacia allí ahora?
 Gabriela se dio la vuelta en la cama y dio la espalda a la puerta,no le apetecía que la viera así. Noto como giraba el pomo de la puerta y esta se abría lentamente. Un par de pasos y luego nada; sabia que había parado frente a su cama. Se sentó y notó como ella se removió, intentando alejarse de él lo máximo posible,aunque ella sabia que le era imposible. Finalmente Ivan se tumbó, con las manos se despeinó el pelo húmedo por la lluvia que aun caía, y suspiró profundamente. Nunca le había notado síntomas de flaqueza, de miedo, ante ninguna adversidad; siempre le había considerado un chico fuerte. Pero esta vez parecía que dudaba, Gabriela se tumbó también mirando a la nada. Un instante después ambos se miraron. Dos miradas llenas de dolor, dos miradas que suplicaban, ojos humedecidos en ambos que dejaban ver lo que sentían en realidad;Que cada uno se perdía en la mirada del otro, en la inmensidad de ese amor mutuo que sentían el uno por el otro. Él la abrazo y ella no pudo evitar derramar un par de lagrimas una vez estaba cobijada en sus brazos.
-Mira, no se lo que ha pasado antes, pero... no quiero que vuelva a pasar- dijo Ivan.
-No, ni yo; te echaría demasiado de menos.

1 comentario:

  1. Me encanta Lilita! Escribes muy bien la verdad, me has emocionado y todo xD (L) Es muy bonito!

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