La única que sabiendo todo lo que conlleva, lo hace, porque pierde la cabeza por un momento y actúa sin pensar.
Soy yo la que luego se lamenta por no haber hecho caso a quien me advertía del peligro que corría y a lo que me enfrentaría después, pero tonta de mi que nunca hago caso a nadie. La única que luego sufre las consecuencias soy yo. La que llora por lo tonta que fue, la que se siente culpable, la que se siente mal y no puede volver atrás; la que se siente como una mierda. Y todo por no hacer caso a la gente que me quiere ayudar.
Y siempre acabo llegando al mismo sitio. Ese momento inevitable en el que se te forma un nudo en la garganta y apenas puedes articular palabra; ese momento en el que se te empiezan a inundar los ojos, y ves que ya es imposible retener las lagrimas; lagrimas de culpa.
Y puede que haya algo peor que sentirte mal contigo misma, puede que por el camino hayas hecho daño a mas gente. Y eso si que es imperdonable, contigo puedes jugar todo lo que quieras, pero con los demás no, jamas.
Perdón.
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