domingo, 11 de diciembre de 2011

Capitulo 2

Ivan ya se había ido. Y ella volvió a dormirse, pero con una pregunta en la cabeza, que pensó que seria mejor no responder hasta mañana. Se despertó demasiado pronto para lo que ella acostumbraba, suponía que sobresaltada por ese sueño que había tenido;
Ella era como una presencia invisible dentro de una habitación que no conocía, pero en la que se encontraba alguien a quien si recordaba. Ivan estaba tirado en la cama con otra chica, la decía que lo iba a dejar todo por ella, incluida a Gabriela. Después un cambio brusco de ambiente estaban en el puerto; ella y él, quien tras después de un montón de excusas y pretextos dijo lo inevitable, tenían que romper. Ahí se despertó.
Sentía una sensación extraña en el estomago, esa sensación que tienes cuando sabes que va a suceder algo malo, algo que no entraba en tus planes, pero si en los que el destino te tenia preparado. ¿Y si su historia con Ivan no daba mas de si?
Llevaban tres meses increíbles, desde finales de verano. Pero todo era igual desde el primer día, nada había cambiado, lo único que les empezó a sacar de su rutina hacia como un mes eran esas amargas discusiones que surgían de vez en cuando; ahora también formaban parte de su rutina, y ella no estaba dispuesta a continuar con aquello. Cada vez que discutían, la cuerda se tensaba mas y mas, Gabi temía que se rompiera por lo que ella aflojaba por su parte, para que todo volviera a la normalidad. Lo único que recibía a cambio una y otra vez era un - Perdón, no volverá a suceder, no se lo que me ha pasado. ¿Acaso Ivan lo único que quería era tenerla ahí para cuando a él le apeteciera?
 Si a un perro no le haces caso un día no pasa nada, si le tienes bien adiestrado cuando tu le llames vendrá. Ella no quería convertirse en su mascota.
Mas de una vez se había caído tirando de la cuerda, no había nadie sujetando al otro lado, nadie que impidiera su caída.
Puede que la única que quisiera avanzar fuera ella, que Ivan ya tenia suficiente con lo que tenia y no se molestaba en buscar mas.
Necesitaba despejarse un poco así que esa misma mañana a pesar de que el tiempo no era muy favorable decidió salir, enfundada en su abrigo y su bufanda y protegida por aquel viejo paraguas fue a dar un paseo por la playa.
Le encantaba sentir el olor a sal, escuchar el crujir de la arena que cedía bajo su peso, escuchar el rumor de las olas y a las gaviotas. Adoraba esos días en los que el cielo estaba encapotado y pequeñas y tímidas gotas caían sobre la ciudad vestida de gris;el aire soplaba aun controlado, avisando de la tempestad que se aproximaba. Ademas le encantaba aquella playa, le traía tantos recuerdos.
Fue allí donde casi sin quererlo encontró el primer beso de Ivan, escondido en una noche de verano y atrapado en los labios de alguien con miedo a las situaciones difíciles.
Apenas habían pasado unos meses, pero a ella le parecía una eternidad. Las circunstancias habian dado un giro de trescientos sesenta grados y ellos habían cambiado tanto en tan poco tiempo.
Ahora era ella la que sentada en la playa que se dibujaba a principios de invierno recordaba todo aquello. ¿Donde estaba la otra mitad de la historia? No sabía lo que él sentía realmente; no se quería fiar de su intuición le quería demasiado, pero tampoco quería volver a darse de bruces contra el suelo solo por intentar hacer algo que sabia que no podía.
Demasiadas palabras rondaban su cabeza, una nube de cosas que no la dejaban pensar con claridad. Amor, momentos de felicidad,dudas, nostalgia, miedo, llanto, un adiós, un lo sabía, y la imagen de quien provocaba todo aquello, no la dejaba ni un segundo. Tan pronto se presentaba como aquel chico que la besaba en la playa, como ese que en un sueño la decía hasta aquí hemos llegado.
¿Que debía hacer ahora? Su intuición la había fallado numerosas veces, pero otras tantas si no la hacia caso luego se veía traicionada por ella misma. No conseguía decidirse a hacer lo uno ni lo otro, su mente al igual que el día, era gris y con presagios de tormenta.

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