En mis sueños aun nos vemos, y no solo eso
todavía nos miramos.
Nos buscamos y nos dejamos encontrar.
Pero aquí no.
Aquí somos un gato y un ratón,
aunque nos puede el miedo a que el otro sea gato.
Somos adictos a nuestras ganas,
a vernos a escondidas,
al calor de un roce,
a provocarnos,
a tenernos sin ser nuestros.
Somos lo que dura una copa,
somos de una noche,
somos el miedo a ser eternos,
somos sabiendo lo efímero del "nosotros"
lamentando que no somos mas que restos de carmín en el vaso.
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